el locutor...

Era un hombre amistoso, amable, abierto y también un muchacho muy querido por sus amigos y oyentes. Muchas personas lo escuchaban todas las noches, no era raro verlo conversar alegremente en la esquina de su casa, todas las mañanas.
Una tarde como a las 19:00 horas preparando unas propagandas para esa noche suena el teléfono.
El locutor no muy apurado decide atender en el tercer tono. Pero al parecer era tarde porque ya habían colgado. Unas horas más tarde le anuncian que su mejor amigo, había fallecido a las 19:00 horas ahogado, mientras nadaba en su pileta…
Una semana después el locutor ya a punto de acostarse, aprovechando que no tenía programa esa noche, escucha sonar el teléfono. Ya eran las 22:00 horas, se levanta, pero el teléfono sonó tres veces y del otro lado ya no había nadie. Este se queda pensando y logra por fin entrar en un profundo sueño. Al día siguiente le anunciaron que su padre había muerto a las 22:00 horas, que fue una muerte natural, según los médicos, ya que tenía una edad avanzada.
El locutor, sin poder entenderlo, le comenta a sus compañeros de radio que en ese instante en el cual su amigo y su padre mueren, él recibe un llamado. Pero no sabía quién era porque no llegó a atender…
Una semana después, queriendo hacerle una broma uno de sus compañeros le hace sonar el teléfono tres veces. Al día siguiente se enteran de que falleció uno de sus compañeros de trabajo, tras un accidente en la ruta.
Tal vez si el locutor hubiese atendido antes el teléfono no hubiese pasado nada. Por eso no dejes que suene tres veces tu teléfono, ya que nunca se sabe la urgencia o el destino de la llamada…

Paola Yoslens